El general Alberto Then tenía la de ganar y el alcalde de Barahona la de perder. Así de simple.

“…y no se lo voy a permitir ni a usted, ni a nadie”, le riposta el general de la Policía Nacional.

     

Barahona, RD.

El sábado, 26 de junio de este año, fue puesta a prueba la fama de “duro” que, como estela, arrastra desde la Dirección Cibao Central con sede en Santiago, de donde procedía el general Alberto Then, recién designado como Director Regional Sur de la Policía Nacional, así como también su advertencia de que "todo el que violente el toque de queda y los otros protocolos de salud que tienen como meta evitar la propagación del coronavirus, será apresado sea quien sea”.

La ocasión se le presentó cuando el alcalde del municipio de Barahona, el doctor Míctor Emilio Fernández de la Cruz, a eso de las 8:25 de la noche del sábado, 26 de junio de este año, se encontraba jugando dómino e ingiriendo bebidas alcohólicas con sus más colaboradores y amigos en medio del toque de queda en una de las calles del sector La Playa de la ciudad de Barahona.

Cuando el general de la Policía Nacional lo sorprende en franca violación de las disposiciones del gobierno, el alcalde quiso amortiguar los efectos, usar los rangos de alcalde, queriendo conversar con el agente policial en un aparte a lo que éste se negó,  ripostando de inmediato:

- “primero yo le voy a decir algo… ¡bajen las cámaras!, ¡el alcalde soy yo!…

- Está violando la ley -  le interrumpe el policía

- “Sí, no estoy diciendo lo contrario, teníamos una actividad ahí atrás y salimos”, reconoce el alcalde que está violando la ley

- “sí yo lo hago, la estoy violando también (la ley), y no se lo voy a permitir ni a usted, ni a nadie”, le riposta el general de la Policía Nacional

-No hay problemas, entonces, todo lo que yo diga de aquí en adelante está de más, por eso quería hablar con usted aparte, reconoció Míctor Fernández.

- Está de más, es mejor guardar silencio – le conmina el policía, para terminar, diciéndole al alcalde:

- Si usted quiere hablar conmigo, en mi despacho, usted va y hablamos.

Aunque el general no cumplió con la amenaza de que apresaría a todo aquél que viole el toque de queda, “sea quien sea”, lo cierto es que el alcalde de Barahona quedó mal parado ante la ley y ante los ciudadanos a quienes representa.