“Esposarlo fue una manera intencionada de humillarlo y avergonzarlo”
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Ex diputado Mariano Montero |
Barahona, RD.
Problemas de manutención los hay
por doquier y la manera de abordarlos siempre había seguido un mismo patrón o
procedimiento judicial. Pero, en el caso que envuelve en los actuales momentos
al ex diputado de la República por la provincia de Barahona, el licenciado
Mariano Montero, parece que se rompe con el esquema tradicional pudiéndose
catalogar de atípico.
Este domingo, 10 de julio, Mariano
Montero llegaba al sitio en el que se celebraría un acto político de su
partido, la Fuerza del Pueblo, presidido por su líder, el doctor Leonel
Fernández. Lo esperaba una patrulla comandada, nada más y nada menos, que por
un coronel de apellido Núñez. Lo apresaron ahí, de manera indignante,
humillante, a la vista de todo el mundo.
Pudo haber sido que por el estado
de shock en que quedó al ser detenido intempestivamente debió ser hospitalizado
de emergencia por su cuadro clínico de hipertenso y diabetes avanzada. En la
cama hospitalaria fue esposado. No se conocen las razones.
Una vez hospitalizado el
encargado de su apresamiento presiona a la clínica para que le entreguen al
detenido para conducirlo a la ciudad capital.
Independientemente de que sean
ciertas o no las razones que motivaron ese apresamiento la verdad es que la actuación
policial, durante y posterior al mismo, desbordó todo respeto a la dignidad
humana y exageró el debido procedimiento.
En síntesis, fue una actuación policial
represiva, exagerada y humillante en contra del ex diputado de la República.
¿Por qué esperarlo en un acto
político si todos conocen en donde vive Montero? ¿por qué, si todos saben dónde
se reúne con la dirigencia de su partido, hubo de hacerse de esa manera? ¿Por
qué estando en una cama hospitalaria se le esposa como si fuera a fugarse?
“Esposarlo fue una manera
intencionada de humillarlo y avergonzarlo” comentó el comunicador y abogado
Ezequiel Cuevas, y nosotros agregamos que con ello se buscó golpearlo en su
condición y dignidad humana en una respuesta sobredimensionada que retrotrae al
aparato policial a tiempos ya superados por la sociedad dominicana.
En un comentario por las redes
sociales, el periodista Gabriel Reyes Romero explica que la SCJ “le metió una
pensión alimentaria de RD$100,000.00 y que debido a la pandemia se retrasó en
el proceso y hoy le reclaman el pago de RD$1,700,000.00 (Un millón setecientos
mil pesos dominicanos)”.
De ser cierto, eso no justifica
el maltrato físico y moral a Montero. Se le pudo detener, pero, respetando su
condición de ciudadano de bien.
Pareciera que manos oscuras se empeñan
en dañar la imagen pública del ex diputado Montero con un hecho indignante en
el que pudiera estarse conjugando su trayectoria personal, su currículum
político y la acción de una persona que se ceba en el pasado de una relación frustrada.
Sobre las cualidades personales y
morales de Mariano Montero la sociedad barahonera no tiene la menor duda, y así
se lo ha demostrado en su apoyo casi unánime en las redes sociales. Sobre su
accionar político es innegable que ha sido exitoso en los certámenes electorales
en los que ha participado y es obvio que el pasado de una relación sentimental frustrada
es el origen de la situación por la que atraviesa y que ese pasado busca destruirlo
tanto en lo personal como en lo político.
Vaya nuestro apoyo al amigo
Mariano Montero, que llegue a un acuerdo con la parte demandante y que se
enfoque en estabilizar su salud para bien de todos.
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