Se requiere de la conformación de un frente opositor como alternativa viable para sustituir a las actuales autoridades gubernamentales en 2024.
sureXpreso.com - Barahona, RD
Ramón López Ynoa |
El gobierno podrá justificar como le dé las ganas las
motivaciones presumiblemente jurídicas de la llamada Operación Calamar, pero,
de lo que no caben las dudas es del manejo político-electoral y de la
naturaleza cirquera de ésta y de la que
el gobierno se está sirviendo a sus anchas, aunque debiera esperar a que el
tiempo deje en claro si reportará los beneficios que de ella espera.
Manejo político-electoral porque esperó este momento,
a la puerta de la campaña electoral, para sacar y ejecutar un expediente
preparado desde mucho tiempo con evidente impacto político para el opositor
Partido de la Liberación Dominicana que resurge como alternativa de poder ante
las insatisfacciones del pueblo con la actual administración gubernamental, y de
naturaleza cirquera porque le sirve al gobierno para entretener al pueblo entre
el morbo y la frivolidad.
La Operación Calamar ha servido para sacar al PLD del
letargo que aparentemente le impedía reaccionar ante las embestidas del
gobierno y ha decidido actuar como un partido que asume que no hay mejor
defensa que el contraataque y que la dejadez complaciente no es la mejor
respuesta cuando se está bajo el fuego del enemigo.
El PLD ha lanzado a su militancia a las calles a
protestas pacíficas como respuesta ante el ataque despiadado a su ex candidato
presidencial y a dos ex ministros, brindándoles apoyo moral y político, pero, a
la par de esta movilización tiene que trabajar en otras tareas pendientes, tales
como el de la concertación interna y el de las alianzas electorales que le
aseguren la victoria electoral en el 2024.
El panorama electoral en estos momentos está configurado
por tres fuerzas políticas, el oficialista Partido Revolucionario Moderno, y
los partidos opositores de la Liberación Dominicana y Fuerza del Pueblo, y
aunque las encuestas visualizan un aumento progresivo de la simpatía del
electorado en ambos partidos, la verdad es que se requiere de la conformación
de un frente opositor como alternativa viable para sustituir a las actuales
autoridades gubernamentales en 2024.
La concertación interna en el PLD, como camino para su
fortalecimiento, es un imperativo, porque a un PRM que está usando y abusando del
ejercicio del poder no se le puede enfrentar, con posibilidades de éxitos, con
blandenguería e indecisiones y con un cisma que disminuye la potencialidad que
antes tuvo y que amenaza con hacer sucumbir las legítimas aspiraciones del
pueblo dominicano de retornar al PLD al poder.
No existe otro camino para el PLD, y para los demás
partidos de la oposición, que no sea el de las alianzas en primera vuelta,
pero, no unas alianzas mecánicas, impuestas sin legitimación, sino socializadas
y potabilizadas en las bases partidarias para que éstas las asuman y trabajen
en ellas.
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