La ideología de género perjudica a los niños, dice el Colegio.
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En mi profesión docente los estudiantes con frecuencia
me abordan para que dé mi parecer sobre la ideología de género y la tendencia
que actualmente tiene el movimiento agrupado bajo las siglas del llamado
orgullo LGBTTTQIA+. En mi respuesta siempre he establecido diferencia entre lo que es
puramente biológico y ese conjunto de expresiones, conductas y características
que la sociedad desde sus albores ha identificado como femeninas o masculinas.
En otras palabras, el sexo es una condición biológica, no así, el género que es
un condicionamiento cultural.
La llamada comunidad que en sus inicios sólo tenía las siglas LGBT ya hoy no se sabe
en cuántas terminará, por eso lo del signo (+), LGBTTTQIA+, en estos momentos está formada por cinco subgrupos, según una característica que lo define y lo diferencia de los demás subgrupos. Éstas son:
a) Orientación sexual:
lesbianismo, Gay, Bisexual, Asexual
b) Identidad de género:
Transexual, Transgénero.
c) Expresión
de género: Travesti
d) Condición biológica:
Intersexual
Los expertos en temas
de la comunidad establecen que el Queer
transita entre la identidad de género, la expresión de género y la orientación
sexual, por lo que no se puede ubicar en un subgrupo determinado.
Los mismos miembros de la comunidad LGBT definen el
sexo como las características físicas y biológicas que nos definen como hembra
y macho y género como el conjunto de expresiones, conductas o características
que la sociedad y la cultura identifican como femeninas o masculinas.
El Colegio Americano de Pediatras advirtió
recientemente sobre los peligros de la transexualidad y de la ideología de
género en la población infantil. A seguidas transcribimos
el siguiente texto tomado de “La
ideología de género perjudica a los niños” en el que se expone su criterio:
1. La sexualidad humana es un rasgo binario,
biológico y objetivo. Los genes ‘XY’ y XX son marcadores genéticos de la
salud, no marcadores genéticos de un trastorno. Lo normal en el diseño genético
humano es ser concebido macho o hembra...La sexualidad humana está diseñada de
manera binaria con la intención evidente de la reproducción y multiplicidad de
nuestra especie. Este principio es evidente por sí solo. Los trastornos
del desarrollo de la sexualidad (DSD) y sus desviaciones, incluyendo la
feminización testicular y la hiperplasia suprarrenal congénita, son médicamente
identificables en la norma binaria sexual y es por ello por lo que se reconocen
como trastornos del diseño humano.
2. Nadie nace con género. Todo ser humano nace
con sexo biológico. El de género (la toma de conciencia y el sentirse
masculino o femenino) es un concepto sociológico y psicológico, no una
objetividad biológica. Nadie nace con la conciencia de sí mismo como
hombre o mujer. Esta toma de conciencia se desarrolla con el tiempo y, como
todos los procesos del desarrollo, puede ser descarrilado por las percepciones
subjetivas de la infancia; las relaciones; y las experiencias negativas ocurridas
desde la infancia.
3. Las personas que se identifican con “la sensación
de pertenecer al sexo opuesto” o “en algún punto intermedio”, no forman un
tercer grupo sexual, siguen siendo hombres o mujeres biológicos. La
creencia de una persona de pertenecer o no a un determinado sexo es, en el
mejor de los casos, un pensamiento confuso. Cuando un niño y una niña,
biológicamente sanos, creen que son lo contrario a su sexo biológico, se
produce un problema psicológico, no físico, y por tanto, debe ser tratado
como tal.
Estos niños sufren disforia de género. La disforia de
género (GD) está reconocida como un trastorno mental en la reciente edición del
Manual de Diagnósticos y Estadísticas de la Asociación Americana de Psiquiatría
(DSM-V).
4. La pubertad no es una enfermedad, pero el
bloqueo de las hormonas de la pubescencia puede ser muy peligroso. Bloquear
este tipo de hormonas durante la pubertad induce un estado de enfermedad, es
decir, provoca la ausencia de pubertad, inhibiendo el crecimiento y la
fertilidad de un niño que, antes del proceso, era biológicamente sano.
5. Según el DSM-V, mencionado previamente, el 98%
de los varones y el 86% de las mujeres que durante la infancia confunden su
género, finalmente aceptan su sexo biológico tras pasar por la pubertad.
6. Los niños que utilizan bloqueadores de la pubertad
para realizar un cambio de sexo, necesitarán hormonas del sexo opuesto durante
una adolescencia tardía. La utilización de las hormonas sexuales como la
testosterona y los estrógenos del sexo opuesto conllevan riesgos y peligros
graves para la salud. La ingesta de hormonas puede provocar presión arterial
disparada; coágulos de sangre; accidentes cerebrovasculares y cáncer.
7. Las tasas de suicidio son veinte veces mayores
en los adultos que usan hormonas del sexo opuesto y/o se someten a una cirugía
de cambio de sexo. Incluso en Suecia, que es uno de los países más a favor de
la inclusión y normalización de la ideología de género, los suicidios se
disparan.
¿Qué persona, compasiva y razonable, desearía condenar
a niños pequeños a semejante destino, sabiendo que después de la pubertad,
hasta el 88% de las niñas y el 98% de los niños con dudas sobre su género
aceptan su realidad física y consigue un estado de bienestar físico y mental?
8. Condicionar la educación de los niños
haciéndoles creer que la suplantación del sexo biológico mediante cirugías y
productos químicos es algo normal y saludable es abuso infantil. Endosar la
ideología de género de forma generalizada y a través de la educación pública y
de los políticos confundirá tanto a niños como a padres, lo que provoca que
cada vez más niños acudan a las “clínicas de género” para recibir medicamentos
químicos que bloquean las hormonas pubescentes.
Muchos niños elegirán una vida llena de hormonas
cancerígenas y de productos químicos tóxicos nada recomendables para la salud y
muchos de ellos elegirán la mutilación quirúrgica, innecesaria, de partes de su
cuerpo perfectamente sanas en su juventud.
Nota
El Colegio Americano de Pediatras es una organización
nacional estadounidenses de pediatras y otros profesionales de la salud
dedicados a la salud y el bienestar de los niños con Sede central en Gainesville,
Florida, y cuyo lema es “Lo mejor para los niños”.
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